la academia
Un espacio donde el aprendizaje del juego y las experiencias del campo se unen para profesionalizar y mejorar a los futbolistas.
La formación del futbolista puede abarcar desde las edades tempranas hasta la etapa profesional. Nunca se deja de aprender.

abordaje conceptual
En la Academia Maradona Menotti, el jugador es el corazón de todo lo que hacemos. Cada análisis que realiza el entrenador sobre sus capacidades no es un simple diagnóstico: es el punto de partida para construir los objetos de conocimiento (OC) que el futbolista necesita para crecer.
Por eso, nuestra tríada no es casual: entrenador, jugador y objeto de conocimiento se entrelazan en un camino compartido, donde la pasión por enseñar y aprender late en cada paso.
Los conceptos de juego son la herramienta que nuestros entrenadores —auténticos docentes deportivos— utilizan para acercar a los jugadores a su mejor versión. Cada concepto es una llave que abre nuevas puertas en el talento de quienes sueñan con jugar mejor.
El entrenador debe sentir, entender y abrazar la dinámica y la estructura del juego, y convertirlas en ideas claras que guíen a sus dirigidos. Ayudarlos a construir saberes es mucho más que una obligación: es un acto de amor por el fútbol y por quienes lo juegan.
En la Academia, todos nuestros entrenadores están habilitados con licencia CONMEBOL, la máxima distinción del continente, porque formar futbolistas exige preparación, compromiso y una pasión innegociable.

estructura y dinámica del juego
El fútbol se construye a partir de cuatro acciones fundamentales: Defender, Recuperar, Gestar y Definir. Todo el juego se articula, además, sobre tres principios esenciales: el tiempo, el espacio y el engaño.

En continuidad con nuestro abordaje conceptual, toda nuestra estructura metodológica se fundamenta en estos principios. Creemos que los futbolistas logran comprender la dinámica del juego cuando aprenden a utilizar estos elementos dentro del campo.
Desarrollar la conciencia sobre el uso de los espacios, tanto en defensa como en ataque, es clave para entender que siempre existe un sector del campo vacío y que saber aprovecharlo genera ventajas sobre el rival.
Asimismo, consideramos esencial que los jugadores aprendan a gestionar el tiempo: la capacidad de actuar —con o sin pelota— eligiendo la acción adecuada en el momento oportuno. Esta habilidad implica una lectura precisa de las situaciones de juego.
Por último, estamos convencidos de que el fútbol se basa en la creatividad y el engaño: “hacer creer al rival que vamos hacia un lado y hacer lo contrario”. Fomentar la dirección creativa de cada jugador es un objetivo irrenunciable desde las primeras etapas de formación.
etapas formativas
La formación de un futbolista exige interpretar cada etapa de desarrollo con objetivos y enfoques específicos. Entender qué necesita el jugador en cada momento de su evolución es tan importante como el propio conocimiento técnico.

Etapa Aprender a jugar a la pelota – Ayudador
El ayudador tiene la misión de crear el entorno adecuado para que el niño descubra la esencia del juego. No se trata de imponer instrucciones, sino de montar un paisaje que refleje la naturaleza del fútbol: espacios, tiempos, libertad.
El objetivo es claro: acompañar el autodescubrimiento, propiciando que el niño intuya cuándo y cómo moverse, dónde encontrar los espacios y cómo gestionar los momentos del juego.
Etapa Aprender a jugar al fútbol – Formador
El formador asume un nuevo desafío: guiar la transición del juego espontáneo hacia la comprensión profunda de sus secretos.
A través de una didáctica intencionada, introduce los primeros conceptos tácticos y estratégicos, tanto a nivel individual como grupal y colectivo. El formador no sólo enseña técnicas, sino que invita a pensar el juego, a entenderlo y a jugarlo mejor.
Etapa de consolidación – Entrenador
Aquí el fútbol alcanza su máxima exigencia. El entrenador debe partir del diagnóstico del equipo y de cada futbolista, para luego, mediante el ensayo y los entrenamientos, determinar cómo su equipo llevará adelante las cuatro grandes acciones: Defender, Recuperar, Gestar y Definir.
El entrenador ya no sólo acompaña: ahora construye estrategias, pule detalles y dirige el rumbo de un equipo que debe funcionar como una orquesta.